Sr. Editor:
En la VI Jornadas de Oto�o de SCAMFYC se han abierto algunas "cajas de truenos". Y es que todas las organizaciones acaban teniendo sus tab�es. Entre estos dogmas sacrosantos que algunos imp�os nos hemos atrevido a poner en tela de juicio est� el de la pluripotencialidad de la especialidad, con la petici�n de que nuestra Sociedad se inhiba en relaci�n a la pretensi�n, en su mayor�a de antiguos M�dicos de Familia (de t�tulo que no de vocaci�n), de crear una especialidad de urgencias.
Vaya por delante mi disculpa a quien pueda molestarse, y mi reconocimiento a la tarea que cada uno ha decido realizar en su vida profesional.�Mi planteamiento no encierra reproches ni descr�dito, es s�lo un punto de vista estrat�gico de un M�dico de Familia (MF) vocacional que no entiende otra ocupaci�n para estos profesionales que la atenci�n primaria. As� lo he entendido siempre, lo que no me ha impedido comprender que, en momentos en que las salidas profesionales para los residentes que terminaban eran complicadas, hab�a que mantener abiertas otras opciones laborales.
Dentro de esta pluripotencialidad, la salida profesional en puertas de urgencia es una de las m�s atractivas para los residentes que terminan su formaci�n. Tanta importancia ha adquirido esta dimensi�n del perfil del MF en Espa�a que el programa de formaci�n ha ido adquiriendo un cierto sesgo en este sentido. Y as�, las puertas de urgencia de los hospitales docentes est�n en manos de residentes de Medicina de Familia y Comunitaria. Este hecho se ha visto favorecido por la huida de los residentes de otras especialidades hacia la comodidad de sus guardias de planta, protegidos por jefes de servicio m�s preocupados de esa comodidad que de que adquieran una formaci�n amplia (claro que para qu� la van a necesitar en sus perfiles profesionales cada vez m�s superespecializados y desconectados de la realidad de los pacientes). Sin embargo, ha faltado una posici�n clara por nuestra parte frente a esta deriva inaceptable. Y por si esto fuera poco, se han a�adido nuevas "necesidades" formativas, que determinan que un R4 desaparezca dos d�as seguidos de su centro de salud por una guardia de emergencias, ya que incomprensiblemente no puede empezar la "espera de que ocurra algo", pongamos, a las 15 horas, en lugar de a las 9.
No quiero con esto descargar responsabilidades sobre instancias lejanas, como la Comisi�n Nacional de la Especialidad, o m�s pr�ximas, como las Unidades Docentes, ya que todos tenemos nuestra parte de culpa. De hecho, alguna culpa tendr� en que alrededor de la mitad de mis residentes se hayan decantado por trabajar en urgencias, y mucha, desde luego, en haber consentido que algunos de mis residentes hayan empleado tiempo de su �ltimo a�o de residencia en realizar cursos superespecializados de urgencias, o que hayan trabajado como adjuntos de puertas de urgencia antes de terminar su formaci�n.
La elecci�n de una especialidad por parte de los graduados en medicina es un fen�meno multifactorial1, y probablemente la deriva profesional posterior no lo sea menos, donde los azares de la vida pueden ser determinantes. Sin embargo, la realidad es tozuda y hay hechos incontrovertibles, como el escaso inter�s de los estudiantes de medicina por nuestra especialidad2. Desconozco la proporci�n de MF con formaci�n MIR que trabajan en nuestra comunidad aut�noma en atenci�n primaria y puertas de urgencia (me parece que puede ser un trabajo interesante, y desde aqu� animo a su realizaci�n), pero indudablemente entre los estudiantes que consideran la Medicina de Familia su primera opci�n laboral habr� "urgenci�logos" de vocaci�n, lo que significa que el inter�s por la atenci�n primaria entre los mismos es �nfimo.
Por esto nadie debe extra�arse cuando afirmo que para mi es motivo de frustraci�n que una estudiante de medicina me diga que quiere hacer Medicina de Familia porque a ella lo que le gusta es la urgencia. Y mucho m�s motivo de frustraci�n es que mis esfuerzos en formar MF no se aprovechen en nutrir nuestros centros de salud de m�s profesionales, y que de ese esfuerzo se aprovechen otros.
Seguro que, con el respaldo mayoritario de los socios, nuestra sociedad ha optado claramente por la defensa del perfil m�ltiple del MF, no en vano nuestro Presidente nacional es m�dico de una mutua. Esto, como se�alaba antes, probablemente era obligado en tiempos de dificultades a la hora de encontrar salidas laborales. Pero hoy en d�a, en que la demanda supera a la oferta de profesionales, ya no puede ser un argumento.
No nos enga�emos, los MF somos los de "la atenci�n continuada basada en la persona", y estamos en las ant�podas de los�que hacen "atenci�n puntual basada en el s�ntoma". Quit�monos este lastre que nos est� hundiendo cada vez m�s. Admitamos el planteamiento de los antiguos residentes, "MF" de t�tulo pero "urgenci�logos" de vocaci�n, y facilitemos la creaci�n de una especialidad de urgencias. Al menos, esto permitir� hacer una previsi�n de necesidades de especialistas en las convocatorias de MIR acordes a la realidad de cada �mbito asistencial.
BIBLIOGRAF�A�
1. Escobar F, L�pez-Torres J. �Qu� determina la elecci�n de una Especialidad en Medicina? Rev Clin Med Fam. 2008; 2:216-25.
2. Escobar F, L�pez-Torres J. Changes in the knowledge of and attitudes toward Family Medicine after completing a Primary Care course. Fam Med. 2010; 42: 35-40.
�
Francisco Escobar Rabad�n
M�dico de Familia del Centro de Salud Universitario Zona IV de Albacete�
Profesor Asociado de la Facultad de Medicina de Albacete
C/ Seminario, 4
02006 - Albacete
fjescobarr@sescam.jccm.es
|