Pablo Franquelo Moralesa, Beatriz Valero Serranoa,
Juan Ram�n Toledo G�meza, F�lix Gonz�lez Mart�neza
a Servicio de Urgencias. Hospital Virgen de la Luz. Cuenca.
Correspondencia: Pablo Franquelo Morales, Servicio de Urgencias, Hospital Virgen de la Luz, C/ Hermandad de Donantes de Sangre n� 2, 16002-Cuenca. E-mail: pfranquelo@yahoo.es.
Recibido el 15 de marzo de 2010.
Aceptado para su publicaci�n el 24 de mayo de 2010.
RESUMEN
La corea constituye un trastorno del movimiento hipercin�tico caracterizado por movimientos breves, irregulares, r�pidos e impredecibles, que cambian de una parte corporal a otra. Puede ser hereditaria, siendo la Enfermedad de Huntington su principal causa, o adquirida, donde los f�rmacos representan su origen m�s com�n en la pr�ctica cl�nica. La levodopa puede originar corea como una complicaci�n del tratamiento prolongado en pacientes con Enfermedad de Parkinson. Su tratamiento precisa disminuci�n de dosis y control sintom�tico en funci�n de la intensidad y repercusi�n funcional de la corea.
Palabras clave. Corea, Agentes Antiparkinsonianos.
ABSTRACT
Chorea induced by Parkinson�s disease treatment
Chorea is a hyperkinetic movement disorder characterized by brief movements, irregular, rapid and unpredictable changing of a body part to another. It may be hereditary, being Huntington's disease the main cause, or acquired, where drugs represent the most common cause�in clinical practice. Levodopa may cause chorea as a complication of prolonged treatment in patients with Parkinson's disease.�Its treatment required dose reduction and symptom control in function of the intensity and functional impact of chorea.
Key words. Chorea, Antiparkinson Agents.
INTRODUCCI�N
La palabra corea proviene del griego "choreia" que significa danza, y constituye un trastorno del movimiento hipercin�tico que se caracteriza por movimientos breves, irregulares, r�pidos e impredecibles, que cambian de una parte corporal a otra sin una secuencia definida, a menudo descritos como serpentiformes1-3. Suelen ser de baja amplitud y localizaci�n en la porci�n distal de las extremidades y cara, aunque tambi�n pueden afectar a la parte proximal de �stas y al tronco distal.
No se produce alteraci�n de la conciencia, se exacerban con la ansiedad y la distracci�n, ceden durante el sue�o, y no se controlan con el esfuerzo voluntario4. La corea puede ser primaria o hereditaria, siendo la Enfermedad de Huntington (EH) su principal causa5, o adquirida, donde los f�rmacos representan su origen m�s com�n en la pr�ctica cl�nica. La fisiopatolog�a de la corea se basa en una disfunci�n primaria de los ganglios basales o de las conexiones entre las �reas corticales motoras y, aunque es una condici�n necesaria para que algunos f�rmacos la provoquen, otros sin embargo son de por s� "coreog�nicos" y no requieren la presencia de esta disfunci�n4.
OBSERVACIONES CL�NICAS
Presentamos a una mujer de 70 a�os que consult� por cuadro de malestar general con nauseas, v�mitos y s�ntomas de irritaci�n vesical de 3 d�as de evoluci�n. En tratamiento de larga evoluci�n con espironolactona y captopril por hipertensi�n arterial e insuficiencia renal cr�nicas, recib�a adem�s asociaci�n de levodopa, carbidopa y entacapona6, pramipexol, rasagilina, quetiapina y clonacepan por Enfermedad de Parkinson (EP) de dif�cil control con fen�menos on-off frecuentes. Recientemente, tras sufrir una ca�da con traumatismo en la espalda y dolor persistente, se hab�a a�adido calcio oral, calcitonina intramuscular y analg�sicos a su tratamiento habitual.
Desde hac�a 48 horas, y tras toma irregular de antiparkinsonianos, presentaba movimientos involuntarios bruscos generalizados, asincr�nicos y anormales de miembros, que afectaban tambi�n a ojos y lengua, sin alteraci�n del nivel de conciencia ni fiebre. En la exploraci�n neurol�gica mostraba un lenguaje normal, pupilas isoc�ricas y normorreactivas con resto de pares craneales normales. No signos de rigidez ni meningismo.
En las pruebas complementarias se hallaron: 3,4X1012/L hemat�es, con una hemoglobina de 10,6 g/dL y un hematocrito de 31%, pH de7.26, HCO3 18mmol/L, urea 167mg/dL, creatinina 3,2mg/dL, Ca 9,4 mg/dL, Na 133mmol/L, K 5,3 mmol/L, LDH 614 UI/L y CPK 2232 UI/L. Orina con piuria y bacteriuria abundante con urocultivo en el que creci� E. Coli. Electrocardiograma y radiograf�a de t�rax normales.
Se consider� el cuadro como un brote agudo de corea generalizada por sobredosificaci�n de levodopa, facilitada por una insuficiencia renal reagudizada de origen prerrenal en el contexto de una infecci�n urinaria sintom�tica con rabdomiolisis, tambi�n posiblemente relacionada con las inyecciones de calcitonina y el traumatismo previo. Fueron administrados antibi�ticos y sueroterapia intensiva, y se disminuy� provisionalmente la dosis habitual de levodopa con lo que desapareci� la corea. No obstante, en las primeras horas del ingreso y tras incrementar la dosis de levodopa comenzaron a reproducirse los movimientos anteriores, lo que oblig� a reintroducirla de una forma m�s lenta y progresiva. Finalmente se resolvi� la insuficiencia renal y la rabdomiolisis, as� como la corea, persistiendo al alta con un ligero temblor de reposo.
COMENTARIOS
La EH constituye actualmente la causa m�s importante de corea, sin embargo, existen otras muchas causas que hay que reconocer y tratar precozmente (tabla 1), ya que su diagn�stico correcto puede tener importantes implicaciones pron�sticas y terap�uticas.

Tabla 1.�Causas de corea secundaria4,7-9.
Cuando su comienzo es agudo o subagudo suele ser de origen t�xico1, donde una forma relativamente frecuente de presentaci�n es la inducida por f�rmacos empleados en los pacientes con EP10, habitualmente como una complicaci�n del tratamiento prolongado con levodopa11,12. No obstante, las complicaciones motoras ocasionadas por este f�rmaco tambi�n se relacionan con la duraci�n y la severidad de la enfermedad, con la dosis administrada, sobre todo altas, con la edad, en la que los j�venes sufren complicaciones con mayor frecuencia e intensidad, y con la presencia de antecedentes familiares de EP12. Aunque en la mayor�a de los casos el cuadro es reversible al retirar el f�rmaco, su tratamiento requiere suspenderlo de una forma gradual, para evitar la aparici�n de un S�ndrome Neurol�ptico Maligno, y reintroducirlo paulatinamente hasta alcanzar las dosis m�nimas eficaces, precisando ajustes de dosis en ancianos4. No obstante, puede ser necesario el empleo de otros medicamentos para el control de los s�ntomas motores, psiqui�tricos y conductuales, en funci�n de la intensidad y repercusi�n funcional de la corea (tabla 2).

Tabla 2.�F�rmacos utilizados en el tratamiento de la corea 8,13.
En conclusi�n, debemos reconocer a la corea como una importante complicaci�n en los pacientes ancianos y polimedicados que a diario tratamos en nuestras consultas, especialmente con antiparkinsonianos, debiendo ser capaces de identificar el posible f�rmaco desencadenante para retirarlo, as� como tratar las potenciales complicaciones que sucedan.
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