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Rev Clin Med Fam. Vol. 1. Núm. 3 - 01 de febrero 2006
Editoriales
La Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha y la Medicina de Familia

 

 

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Dos son ya las promociones de Licenciados egresados de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Es por muchos conocido el novedoso modelo docente implantado desde su creación, que hace hincapié en una enseñanza en grupos reducidos, que huye de las clases magistrales e intenta incentivar la participación activa de los estudiantes en su aprendizaje.

Sin embargo, lo que distingue una Facultad de Medicina de otra no es sólo el modelo docente empleado para formar profesionales de la Medicina, sino, sobre todo, el tipo de profesionales que produce, y las competencias con las que esos profesionales cuentan al salir de la Facultad. En otras palabras, una Facultad de Medicina de calidad debe tener claro sus objetivos educativos, que se definen como "lo que los estudiantes deben ser capaces de hacer al terminar el periodo de enseñanza-aprendizaje, y que no eran capaces de hacer antes."

Así pues, una pregunta que todas las Facultades de Medicina deben responder es: ¿qué tipo de médico debe formar hoy una Facultad de Medicina? Y es que las funciones del recién licenciado siguen en constante evolución, considerando que desde hace ya más de dos décadas no accede inmediatamente al trabajo asistencial como médico generalista y extrahospitalario, sino que debe superar una formación MIR, llave que abre el acceso a la mayoría de las posibles actividades profesionales de quien obtiene el título de licenciado en Medicina, incluida la Medicina de Familia y Comunitaria.

Así pues, las Facultades de Medicina deben adaptar sus objetivos docentes a esta realidad. Sin embargo, a pesar de que hace ya mucho tiempo que no existen los médicos generalistas de antaño, a los que se les exigía el conocimiento de, al menos, la superficie de vasto campo de la Medicina, y hoy todos los profesionales de la Medicina son especialistas en su campo, incluidos los médicos de familia, en ocasiones esta realidad no se ve plasmada en los planes de estudio y objetivos docentes de las Facultades de Medicina.

Es claro, no obstante que los planes de estudio de las Facultades de Medicina deben estar adaptados para formar profesionales capaces de seguir adquiriendo una formación cada vez más especializada, tanto en los años de su formación MIR como durante los años de su actividad profesional. Es importante, pues, que el Licenciado en Medicina haya adquirido las herramientas y los conocimientos básicos en los que apoyarse para construir sobre ellos los conocimientos de la especialidad a la que decida dedicar su vida profesional.

En este orden de cosas, la formación del nuevo Licenciado en Medicina debe contemplar al Médico de Familia no como un médico generalista, sino como un especialista más. Desde su inicio, los planes de estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha han dado la importancia que se merece a la Medicina de Familia y Comunitaria. Por ejemplo, desde segundo curso de la Licenciatura, los alumnos realizan prácticas en Centros de Atención Primaria, en lo que representa su bautismo de fuego con los pacientes. Son, pues, los Médicos de Familia los primeros profesionales que toman de la mano a nuestros estudiantes para introducirlos poco a poco en la realidad práctica del mundo de la Medicina.

Sería recomendable que este tipo de prácticas se extendiera por otras Facultades de España y de Europa y que los nuevos planes de estudio conducentes a una mayor convergencia europea en la formación de la Medicina tuvieran también en cuenta esta realidad. De esta manera, además, se aprovecharían mucho mejor los recursos docentes disponibles, que no sólo se encuentran en los Hospitales, sino igualmente en los Centros de Salud.

Pero no acaban aquí los desafíos. Es cada vez más importante formar a los nuevos profesionales de la Medicina en la utilización del método científico y de la investigación. Es fundamental darles al mismo tiempo una formación humanística y proveerles de las herramientas necesarias para tratar humana y comprensivamente a los pacientes. Esto sólo podrá conseguirse con la colaboración en la docencia de los nuevos Licenciados en Medicina de todos los profesionales y especialistas con los que cuenta la disciplina médica. Todos pueden y deben aportar su grano de arena, o a veces su montón, para mejorar la formación de los que, y cada vez más las que, constituirán el futuro de la Medicina. Por la importancia y calidad de su función, los Médicos de Familia deben, sin duda, jugar un papel importante en esta tarea.

Jorge Laborda
Decano, Facultad de Medicina
Universidad de Castilla-La Mancha

 

 

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