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Rev Clin Med Fam. Vol. 1. Núm. 2 - 01 de octubre 2005
Editoriales
A propósito de Don Quijote

 

 

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Parecía imprescindible incluir en nuestra revista una mención a Don Quijote de la Mancha en el IV Centenario de su publicación.

Cuando se inicia la lectura de El Quijote, inevitablemente, por deformación profesional, lo primero que nos gustaría establecer es el diagnóstico psiquiátrico de Alonso Quijano.

A lo largo de la historia, los trastornos mentales de Don Quijote han despertado curiosidad en el mundo de la medicina y muchos psiquiatras han pretendido establecer un diagnóstico probable, aunque se trate de un personaje de ficción. A principios del siglo XIX Pinel lo definió como monomaníaco y a finales del mismo siglo Kraepelin definió la paranoia adjudicada al hidalgo. Pero en los últimos años, dentro de la estructura DSM, Alonso Quijano podría ser definido como una personalidad delirante.

Según el psiquiatra Alonso-Fernández, que ha publicado recientemente "El Quijote y su laberinto vital", el diagnóstico más probable sería el de trastorno bipolar, lo que ahora trataríamos, evidentemente, con litio, neurolépticos y psicoterapia, resultando de mucha utilidad el apoyo social de que disponía Alonso Quijano (barbero, cura, etc.).

Esta novela ha tenido repercusión mundial en psiquiatría, incluso Sigmund Freud, que aprendió castellano para poder leer El Quijote en el idioma original, consideraba que muchos de los conceptos de su teoría del psicoanálisis los debía a la lectura de Cervantes y reconocía que el escritor había tenido mucha influencia sobre él.

Probablemente Cervantes era plenamente consciente de que estaba describiendo a "un loco" cuando escribió su obra maestra. Su padre era cirujano-barbero (médico de entonces) y él le había ayudado en muchas ocasiones. Además, en la España de aquella época ya se consideraban los trastornos mentales como patología, y no como brujería o hechizos como en el resto de Europa, donde se seguía quemando a personas probablemente afectadas de enfermedades psiquiátricas al considerar que estaban embrujadas. El primer Centro Psiquiátrico del mundo se creó en Valencia en 1409 y entre el siglo XV y XVI se establecieron siete más en otras ciudades españolas.

Pero, por más que a nuestra mente científica le interese establecer un diagnóstico, uno de los mensajes de Don Quijote de la Mancha, como obra literaria, es el de la persona anciana (50 años, cuando la esperanza de vida en España en el siglo XVII era de 30 años), con una situación establecida y acomodada en la que la máxima aspiración podría ser comer palominos los domingos, que quiere dar, con todas las fuerzas de su voluntad, una nueva forma a su vida, colocándose por encima de sus circunstancias, con una dedicación vital plena, lo cual es heroísmo puro. Aspira al perfeccionamiento de su vida para que ésta pueda servir al perfeccionamiento humano en general.

Si Don Quijote se hubiera reducido a seguir su establecida vida, como la inmensa mayoría de los mortales, no habría sido digno de esta historia.

Si los combates de Don Quijote son cómicos, es porque parte de un error que radica en que la caballería andante en España está en su apogeo en el siglo XV, no en el XVII en el que está situada la obra y que es indisociable del poderío bélico de la nobleza, que tampoco es el caso del hidalgo manchego. Pero este choque entre anacronismo y realidad provoca la reacción heroica. Si las circunstancias de la España del siglo XVII impiden el renacimiento de un ideal de vida del siglo XV, hay que superar esta circunstancia. Si la realidad de 1605 provoca la derrota de Don Quijote, esto le lleva a una voluntariosa y renovada intención de superar estas circunstancias.

Santiago Ramón y Cajal, en un discurso realizado en 1905 sobre la figura del Quijote, destacó que las cualidades más importantes en una persona son la voluntad y el seguimiento de un ideal, y afirmo: "Don Quijote, además de poseer un yo hipertrófico desbordante de voluntad y energía, se siente fortalecido por la fe ciega en la fortuna.", ".España está yerma de grandes abnegaciones y levantados quijotismos entre científicos y filósofos que desdeñan los temas de investigación..".

Esperemos que la lectura del Quijote nos ayude a seguir luchando por los ideales, a pesar de las dificultades, y mejor dejar a un lado el diagnóstico psiquiátrico de Don Alonso Quijano El Bueno.

C. Boix Gras
Médico de Familia

Bibliografía

1. Cervantes Saavedra Miguel de. Don Quijote de la Mancha. 1ª ed. Madrid: Espasa-Calpe S.A.; 2002.

2. Alonso-Fernández F. El Quijote y su laberinto vital. 1ª ed. Barcelona: Anthropos; 2005.

3. Machado C. Análisis psiquiátrico de Don Quijote. Disponible en:
http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2005/290/1113588827.html

4.Avalle-ArceJB. Don Quijote como forma de vida. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes; 2002. Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/cerv/01589961996810942109213/p0000001.htm

5. Bartolomé A. Médicos de 1905 y 2005 auscultan a Alonso Quijano. Diario Médico. 2005 julio 18.
 

 

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