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Rev Clin Med Fam. Vol. 8. Núm. 1 - 01 de febrero 2015
Artículos Especiales
Libreta de viaje del Médico de Familia. El mar

 

 

José Luís Turabián Fernándeza y Benjamín Pérez Francob.

 

Tutores de residentes de Medicina de Familia.

aCentro de Salud “Santa M.ª de Benquerencia” de Toledo. Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de Toledo.

bCentro de Salud “Estación” de Talavera de la Reina. Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de Talavera de la Reina (Toledo).

 


RESUMEN

 

Estas historias de la LIBRETA DE VIAJE DEL MÉDICO DE FAMILIA, que forman una biblioteca del médico caminante o viajero emocional, son hojas sueltas en las que se escribe sobre paisajes y emociones; son un atlas de geografía emocional. La evocación de un paisaje ante la asistencia a un paciente –montañas, ríos, valles, playas, mares, desiertos, mesetas, islas, pantanos, cascadas, dunas, bosques, salinas, lagos, etc.-, con las sensaciones sentidas por el médico, de calor, frescor, humedad, dificultad, agobio, serenidad, inmensidad, soledad, etc. No es un diario, solo una libreta de apuntes con las vivencias del médico sobre los patrones y procesos de la consulta en un cierto caso clínico, que a su vez, puede ilustrar un prototipo de esa clase de casos.

 


ABSTRACT

 

Family physician´s travel notebook. The sea

 

These stories of the TRAVEL BOOK OF THE FAMILY PHYSICIAN, which form a library of the walking doctor or emotional traveler, are loose sheets with writings about landscapes and emotions; they are an atlas of emotional geography. The evocation of a landscape before attending a patient –mountains, rivers, valleys, beaches, seas, deserts, plateaus, islands, swamps, waterfalls, dunes, forests, salt marshes, lakes, etc.-, with the sensations felt by the doctor -heat, coolness, humidity, hardship,  stress, serenity, vastness, loneliness, etc. It is not a diary, only a notebook with the doctor's experiences about the patterns and processes of consultation in a clinical case, which in turn may illustrate a prototype for this type of cases.

 


INTRODUCCIÓN

 

Para cualquier paciente que se atiende es mejor empezar por el paisaje: es el que empuja al argumento. Para cada paciente que se visita es mejor hacer un viaje por su paisaje. Todo lo que hay en su historia, se enmarca en un paisaje. El análisis es una geografía: diagnósticos-pacientes como ríos, desiertos, cascadas, mares, playas, bosques, tormentas… ¿Y cómo hacer para llegar hasta ese lugar? ¡Atravesando este río, este lago, más allá de aquel cerro! ¡Tal vez sea preciso hacer un viaje lejano! Mientras más lejos sea el viaje, lo emocional se convierte en médium entre la consulta y el mundo infinito. Comprender la clínica es como comprender una geografía emocional; es un viaje que hace aflorar la imaginación. Los ríos, montañas, ciudades, océanos y continentes, dan lugar a emociones. Un viaje que combina realidad con fantasía. Que evoca lugares exóticos, desconocidos, y evoca recuerdos. Un viaje que nos permite ver y sentir los accidentes geográficos del “país del médico de familia”.

 

Estas historias de la LIBRETA DE VIAJES DEL MÉDICO DE FAMILIA pretenden una evocación “geográfica-emocional” de un paisaje ante la asistencia a un paciente en la consulta –montañas, ríos, valles, playas, mares, desiertos, mesetas, islas, pantanos, cascadas, dunas, bosques, salinas, lagos, etc., con las sensaciones sentidas por el médico, de calor, frescor, humedad…, dificultad, agobio, serenidad, inmensidad, soledad, etc. No un diario, sino solo una libreta de apuntes con reflexiones sobre paisajes emocionales.

 

Estas historias constituyen una “biblioteca del médico de familia caminante o viajero emocional”, constituida por hojas sueltas en las que se ha escrito sobre paisajes y emociones; un atlas de geografía emocional.

 

Durante los últimos años hemos asistido a un creciente interés acerca de la necesidad de una integración más profunda de los aspectos humanos de la asistencia sanitaria en el curriculum de los profesionales de la salud. En ese contexto se ha enfatizado el aprendizaje de las emociones expresadas por los pacientes que consultan.

 

Sin embargo, se ha hecho menos hincapié en la otra cara indispensable de la moneda: que el profesional sanitario sea capaz de explorar sus propias emociones al atender a pacientes. Aquí, un modo de entrenamiento es reflexionar sobre las emociones de uno mismo ante la visión de paisajes. Los paisajes nos sugieren diferentes emociones: alegría, temor, calidez, frialdad, melancolía, etc.

 

El reverso de este proceso es cuando el paciente atendido sugiere al médico emociones que asocia a paisajes: borrasca, montaña, jungla, playa, etc. Se crea entonces una geografía emocional del médico evocada por los pacientes atendidos.

 

De cada historia de esta LIBRETA DE VIAJES DEL MÉDICO DE FAMILIA, de cada paciente-paisaje, pueden inducirse un cierto grupo de emociones generalizables a situaciones similares; como hacía el pintor Cézanne: partir de una determinada montaña –el caso particular- para llegar al triángulo –el concepto o la emoción que puede generalizarse.

 

 

PAISAJE: MAR

 

Un mar es una masa de agua salada de tamaño inferior al océano. Los mares son las partes de los océanos que bordean las costas. Raramente el agua de mar se encuentra quieta, se mueve en olas, mareas o corrientes. Las olas se deben al viento que sopla sobre la superficie. La altura de una ola está dada por la velocidad del viento, del lapso en que ha soplado y de la distancia que ha recorrido la ola, y desempeñan un papel fundamental en la formación de las costas. El mar parece tener infinidad de colores: verde, azul, turquesa o negro. Eso se debe a la luz solar que penetra en sus profundidades. Cuando el agua del mar se ve azul es porque hay pocas algas. En cambio, si el mar se ve verde o rojizo y sus aguas son un poco turbias, quiere decir que hay muchas algas y muchos peces que viven de ellas.

 

 

Rosa tiene 69 años y padece una larga lista de problemas de salud:

 

  • Obesidad mórbida, con un IMC de 46.

 

  • HTA esencial sin afectación orgánica, pero refractaria, precisando en la actualidad cinco hipotensores asociados.

 

  • Hipercolesterolemia, con un riesgo cardiovascular del 10 % (Anderson).

 

  • Hipotiroidismo y bocio multinodular.

 

  • Asma bronquial asintomática, salvo infecciones respiratorias.

 

  • Liquen escleroatrófico vulvar.

 

  • Tumoración pruriginosa en glúteo derecho que se ha diagnosticado de micosis fungoide tras biopsia.

 

  • Diabetes mellitus tipo 2.

 

  • Cirrosis hepática VHC en estadio A, con ascitis y varices esofágicas grado I, y gastritis antral.

 

  • Trombopenia (citopenia refractaria con displasia multilineal).

 

  • Otitis crónica colesteatomatosa que obligó a una mastoidectomía radical del oído derecho, lo que provoca sordera residual, otalgia crónica y otitis de repetición, por lo que requiere frecuentes tratamientos especializados y uso de prótesis.

 

  • Lobectomía total izquierda tiroidea por bocio nodular, pero posteriormente debido a cáncer papilar se hizo tiroidectomía total y en consecuencia, hipotiroidismo residual, por lo que requiere tratamiento crónico.

 

  • Tumor de parótida derecha, que obligó a lobectomía parotídea.

 

  • Poliartrosis y discopatía L5-S1.

 

  • Síndrome del túnel carpiano derecho.

 

  • Estreñimiento y hemorroides.

 

  • Operada de catarata de ambos ojos.

 

  • Posible osteoporosis con acuñamientos vertebrales radiográficos.

 

  • Rotura del tendón supraespinoso.

 

  • Incontinencia urinaria.

 

  • Separación de su hijo Antonio y “nido vacío” –se independizó su hijo pequeño-, lo que dice que le favorece “estar triste y enfadada”.

 

Está en tratamiento con insulina 30/70, furosemida 40, ácido fólico, espirolactona, propanolol, paracetamol, prednisona, levotiroxina, verapamil, losartan, omeprazol, plántago, pañales de incontinencia…

 

Rosa acaba de estar también en el traumatólogo por dolor en las piernas, dolor en tobillo derecho y posible alteración ortopédica, junto con su obesidad importante. Ha sido tratada con bifosfonatos, celecoxib, y…

 

Perdidos en el mar inmenso, flotando…, eso siente el médico cuando atiende las consultas de Rosa.

 

El mar… inmenso, azul y profundo mar…, que a veces tiene una apariencia metálica, de un color azul oscuro y, a veces, gris… Sopla constantemente viento sur, quizás demasiado fuerte… El agua siempre es fría y tiene algo intensamente mineral. El aire también… Y el médico sabe que no es éste un caso excepcional…, no, todo lo contrario. En la superficie del planeta hay más espacio cubierto por agua que por tierra: tres cuartas partes de su superficie están cubiertas de agua.

 

 “Estoy a punto de naufragar…, tiraré una botella con un mensaje de socorro, y espero que flote con las corrientes marinas hasta alcanzar la tierra firme...” –piensa el médico.

 

Las consultas de Rosa son un mar inmenso, desconocido e intransitable. Inmenso e implacable, con gran ferocidad. El mar, inmenso, profundo y misterioso. El mar, inmenso y negro. Hacia el mar, siempre hacia lo inabarcable. El mar, ilimitado e inabarcable.

 

“Temo las olas, las corrientes, las mareas que el mar de Rosa pueda presentarme…, y sé que serán inevitables…. Pero tendré que navegarlo…, en mis frágiles embarcaciones y dispuesto a todo, afrontando los peligros de lo desconocido. Y si me atrapa una tempestad, ¿qué voy a hacer?" –medita el médico.

 

Todo se llena del olor de la sal y la frescura del viento.

 

Graznido de gaviotas.

 

 

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