José Luís Turabián Fernándeza y Benjamín Pérez Francob Tutores de residentes de Medicina de Familia aCentro de Salud “Santa Mª de Benquerencia” de Toledo. Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de Toledo. bCentro de Salud “Estación” de Talavera de la Reina. Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria de Talavera de la Reina (Toledo). RESUMEN Estas historias de la LIBRETA DE VIAJE DEL MÉDICO DE FAMILIA, que forman una biblioteca del médico caminante o viajero emocional, son hojas sueltas en las que se escribe sobre paisajes y emociones; son un atlas de geografía emocional. La evocación de un paisaje ante la asistencia a un paciente –montañas, ríos, valles, playas, mares, desiertos, mesetas, islas, pantanos, cascadas, dunas, bosques, salinas, lagos, etc.-, con las sensaciones sentidas por el médico, de calor, frescor, humedad, dificultad, agobio, serenidad, inmensidad, soledad, etc. No es un diario, sólo una libreta de apuntes con las vivencias del médico sobre los patrones y procesos de la consulta en un cierto caso clínico, que a su vez, puede ilustrar un prototipo de esa clase de casos. ABSTRACT Family physician´s travel notebook. Meandro. These stories of the THE FAMILY PHYSICIAN’S TRAVEL NOTEBOOK, which form a library of the walking doctor or emotional traveler, are loose-leaf pages with writings about landscapes and emotions; they are an atlas of emotional geography. The evocation of a landscape before attending a patient –mountains, rivers, valleys, beaches, seas, deserts, plateaus, islands, swamps, waterfalls, dunes, forests, salt marshes, lakes, etc.-, with the sensations felt by the doctor -heat, coolness, humidity, hardship, stress, serenity, vastness, loneliness, etc. It is not a diary, only a notebook with the doctor's experiences about the patterns and processes of consultation in a clinical case, which in turn may illustrate a prototype for this type of cases. MEANDRO Es una curva descrita por el curso de un río cuya sinuosidad es pronunciada. Un meandro es una ondulación marcada en la trayectoria lineal de un río. Se forman con mayor facilidad en los ríos de las llanuras con pendiente muy escasa, dado que los sedimentos suelen depositarse en la parte convexa del meandro, mientras que en la cóncava, debido a la fuerza, predomina la erosión y el retroceso de la orilla.
Celia, una mujer de 50 años, con kilos de más, facies regordeta, pelo rubio y que lleva un vestido estampado, entra a consulta acompañada de su marido... - “Es por las recetas, ya debo una en la farmacia, y aunque me fían, pero tengo que llevarla, y van a estar de vacaciones porque como ya tomo ¾ cada 6 horas como me dijo, pues no me han llegado y hasta octubre no tengo la cita y… aunque en realidad no es nada más que un miligramo menos cada día y… yo no noto nada así cuando fui a la mamografía…”. - “¿Quiere que busque el resul…?”. Pero no le da tiempo a terminar la pregunta al médico. - “…Que me la hice el día 23… que le diga mi marido bueno él no venía que era mi hija Lara pues me llamaron tres veces para repetirla y ya estaba mareada y con los nervios y cuando entré le dije al médico bueno al radiólogo que creo que es el médico que hace las mamografías que si tengo algo malo y me tienen que operar y ya…”. - “¿Quiere que busque el resul…?”. Otra vez no pudo el médico terminar, interrumpido por Celia. El médico, aunque conocía hacía años a Celia, siempre se quedaba fascinado con su forma de avanzar serpenteando, como un río en una ribera de verdes profundos y soleados en verano… Un río que se retuerce una y otra vez… - “…Estaba muy mareada y él me dice que qué me pasa que me tranquilice pero yo le digo mire usted lo que tomo y se lo digo porque tengo trastorno bipolar y no puedo más y él que es normal la mamografía que me tranquilice así que un miligramo menos al día… no es mucho se lo diré a la psiquiatra cuando vaya porque como ya tomo la dosis nueva de quetiapina… y me dijo ella: `tienes que cortar los pensamientos obsesivos’… pero con mis nervios si me tienen que operar… y además yo es que a media mañana tengo mareo de siempre…”. El marido se agachaba apoyando los brazos en la mesa y mirando, con la vista perdida y una cierta cara de placidez, a un punto indeterminado de la superficie de ese mueble… Parecía estar contemplando desde esta perspectiva cómo la trayectoria lineal del río se ha quebrado y el monótono discurrir de la corriente se transforma en la belleza de aceleraciones y deceleraciones de la corriente según donde esta golpee… - “Ya no sé qué hacer pero no voy sola para no tropezar… Lara dice que me precipito pero la verdad es que tengo cuidado de no pasarme… y desde luego lo hago como me dicen si es una fecha u otra…”. El tamaño de los meandros de un río depende del caudal, la carga y la velocidad de sedimentación del río, así como del tipo de terreno por el que discurra el curso fluvial. Celia parecía tener un caudal importante, pero el terreno de la consulta, con sus tiempos limitados, no parecía ser, a priori, un buen terreno para lograr los mejores meandros de su río de palabras. - “Pero fue nor…”, intentó otra vez decir el médico. - “…Y ella que dice que me quiere cambiar el hábito… ya me conoce usted y aunque me aguanto los dolores no puedo aguantarme el hambre y así me va que no puedo perder peso pero yo creo que también es por la medicación no sé si el alprazolam, la valpromida o qué porque la psiquiatra dice que es por el tiroides pero yo sé que no y eso dice la endocrina…”. - “¿Y cuándo vuel…?”, intentó decir el médico. Celia estaba en el curso medio del río de su enfermedad, situación en la que deja de tener tanta fuerza como en el curso alto, y se favorecen los meandros… En vez de erosionar el suelo por donde fluye, erosiona los márgenes del río. El río se hace cada vez más ancho y menos profundo. - “…Y ya me veía que me tenían que operar toda mareada y aunque me lo explicó el médico no le podía entender por la ansiedad pero es que soy así y me lo decía Lara y así necesito una receta que debo porque van a cerrar por el verano la farmacia donde lo saco ya sabe en agosto y es que prefiero ir allí me conocen ya y otra más para tener hasta octubre…”. - “Pero es que…”, balbuceó el médico. - “…No, no se rompen mucho pero hay que hacerlo con cuidado no sé si siempre tendré que tomarlo pero es lo que me digan aunque no pierda peso y no como mucho fíjese que cenamos fruta…”. El médico hizo dos recetas de alprazolam 1 mg y se las entregó a Celia, intentando expresar que ya había terminado la visita, mediante un intento de levantarse de la silla. Mientras, el marido permanecía callado, mirando a veces a la superficie de la mesa, y a veces al médico. - “…Pero es que son de 25 porque ya le digo como tomo 75 así es más fácil que partirlas porque mi pulso es como cuando la mamografía que no podía ni andar y cuando fui al ginecólogo que me dice lo del quiste del ovario porque yo no sé mucho de eso pero claro si tienen que hacerte una prueba ya me lo dijo es mejor así y no tener que operar aunque cuando mi operación yo no tuve problemas fue luego al estar en casa el problema de los puntos dice que por la obesidad pero es que las personas obesas no se operan yo no sé pero se dicen cosas que cuando fui con mi hija al análisis la señorita decía lo mismo y son cosas que se deben hacer con cuidado…”. - “¡Ah, es cierto son de 0,25! No le había entendido bi…”, logró decir el médico, que pensó que no se lograba remansar ese cauce con ningún embalse…, y modificó las recetas y las volvió a entregar…, esta vez al marido, que las cogió y dobló cuidadosamente en cuatro pliegues… Parecía que el marido y el médico estaban pensando lo mismo: los meandros generalmente forman series, evolucionan y tienden a emigrar hacia el curso inferior del río por el flujo helicoidal del agua… - “…Si tengo que tomarlo está bien pero la doctora no me lo dice que es por mis nervios pero yo creo que si salgo un día y de repente estoy así pues es mejor vamos creo yo ¿no le parece, doctor?”. Celia era un río con muchos meandros, un río envuelto en olor profundo a taray – esos arbustos muy ramificados, con unas ramas largas y muy flexibles y que tienen preferencia por suelos salinos, húmedos y por márgenes de ríos y arroyos –, o abrazados a una hilera de chopos…, de álamos, de sauces, y con rumores de corriente presurosa.
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